Mariuxi Farías[1], Verónica Santamaría[2], Max Freire Salgado[3]
[1]WWF, [2]Dirección del Parque Nacional Galápagos, [3]Junta Parroquial Floreana
Figura 1. Docente de Santa Cruz participa en un taller sobre una lección de ciencias naturales que saca el alumno del aula. Foto: Buró Comunicación Integral
Entre 2006 y 2013, la educación en el Ecuador mejoró más rápido que en la mayoría de los países de Latinoamérica, según los resultados de los estudios regionales administrados por UNESCO (2009, 2016). Sin embargo, exámenes estandarizados del Instituto Nacional de Evaluación demostraron que los jóvenes de Galápagos quedaron detrás de sus contrapartes del Ecuador continental en cuanto a su desempeño en tres de las principales asignaturas (matemáticas, ciencias naturales y estudios sociales), así como en razonamiento verbal y en pensamiento abstracto.
Desde el 2016, el Programa de Educación para la Sostenibilidad en Galápagos está transformando las perspectivas para la educación en el archipiélago, por medio de una alianza eficaz entre el Ministerio de Educación del Ecuador, Galapagos Conservancy y la Fundación Scalesia. El programa provee desarrollo profesional intensivo para los docentes de todas las escuelas en Galápagos, con el fin de fortalecer el desempeño académico de los estudiantes y su entendimiento del lugar especial donde viven.
En este artículo describo las características especiales del programa. También comparto algunas observaciones personales sobre lo que significa el cambio educativo en la formación profesional de los educadores, y sobre la excepcional oportunidad que tenemos en Galápagos para impulsar un modelo fundado en los principios del desarrollo sustentable y aplicado a la educación formal.
VINCULÁNDOME CON EL PROGRAMA DE EDUCACIÓN PARA LA SOSTENIBILIDAD
En el año 2014, mientras me desempeñaba en el Ministerio de Educación, recibí en mi oficina a representantes de Galapagos Conservancy y la Fundación Scalesia quienes me hicieron una propuesta: crear una alianza público-privada conformada por nuestras tres instituciones. Galapagos Conservancy y la Fundación Scalesia ofrecieron su capacidad para movilizar recursos técnicos y financieros orientados a fortalecer la educación en las islas. El Ministerio ofreció su experticia en el diseño del programa, el apoyo logístico y financiamiento adicional para su implementación.
Los visitantes describieron un enfoque consistente con los proyectos piloto que había liderado directamente el Ministerio. Enfatizaron que al ser un lugar relativamente pequeño en términos del número de escuelas (20), educadores (400) y estudiantes (7 500), Galápagos presentaba un laboratorio que permitiría diseñar y validar un modelo de desarrollo profesional docente con relevancia para otros lugares. El Ministerio de Educación estuvo muy de acuerdo con esta propuesta. Se estableció una hoja de ruta que, poco después, perdí de vista cuando me desvinculé de esa institución.
Transcurría el año 2016, cuando llegó a mi correo un mensaje que describía un programa innovador que se implementaría en las islas. Grande fue mi sorpresa cuando me di cuenta que lo que vi nacer en mi trabajo anterior estaba tomando forma y estaban invitándome a ser parte del proceso.
En marzo de 2016 me vinculé al programa como líder en Galápagos. Esto me presentó un gran reto personal y profesional: trasladarme al archipiélago para adaptarme a las realidades allí, concretando lo que se había diseñado cuando trabajé en el Ministerio. Conté con el apoyo de los 45 facilitadores externos del programa, educadores experimentados del Ecuador continental, Colombia, México, República Dominicana y Estados Unidos, quienes fueron seleccionados por su visión sobre la educación y su extensa pericia en la formación profesional docente. Entre nerviosa y emocionada llegué a Santa Cruz el 14 de abril con dos maletas: una contenía mis artículos personales y la otra, algunos libros, manuales y materiales profesionales.
UN PROGRAMA ÚNICO DE DESARROLLO PROFESIONAL
Lo que me atrajo al programa es la forma que combina tres tipos de desarrollo profesional: talleres presenciales conocidos como Institutos Docentes, Observaciones de Aula, y Círculos de Aprendizaje. También promueve el liderazgo educativo y los principios de la educación para la sostenibilidad (Figura 2). No hay otra iniciativa en América Latina que combine todos estos elementos.
Figura 2. El Programa de Educación para la Sostenibilidad en Galápagos (ESG) es único en cuanto a su ciclo continuo de talleres presenciales, acompañamiento en el aula, colaboración de los docentes y atención al liderazgo educativo. Crédito: Emily Shepard, Graphic Distillery
El primero de los diez Institutos Docentes planificados para los cinco años del programa se realizó a finales de abril de 2016. Los Institutos Docentes son talleres intensivos de desarrollo profesional; cada uno de cinco días de duración, impartidos por facilitadores externos y organizados por grados educativos (prebásica, básica y bachillerato) y por asignatura (matemáticas, ciencias, lengua y literatura, estudios sociales, e inglés). Por primera vez en el Ecuador, el Ministerio de Educación estableció dos semanas durante el calendario escolar para impartir estos Institutos. Participan todos los 30 directivos de los centros educativos (directores, subdirectores, rectores, vicerrectores) y los 375 docentes de las 20 escuelas fiscales, fiscomisionales, municipales y privadas de Galápagos.
Una buena parte de cada Instituto se dedica a que los docentes tomen el papel del alumno y “vivan” lecciones de clase que después puedan adaptar para sus propios alumnos. Durante estas lecciones, los facilitadores externos demuestran estrategias de enseñanza de alto impacto, como el manejo de trabajo grupal, el uso de preguntas para estimular el entendimiento y métodos efectivos para evaluar el aprendizaje del alumno. También comparten estrategias específicas para ciertas disciplinas. Por ejemplo, en matemáticas, enseñan cómo desarrollar el entendimiento de conceptos utilizando materiales que los alumnos pueden tocar y manipular, antes de llegar a la etapa abstracta (Figura 3). Para estudios sociales, comparten estrategias para que los alumnos aprendan a leer y a pensar como historiadores, en vez de solo memorizar datos y fechas.
Figura 3. El Dr. Arthur Powell, facilitador externo del programa, instruye a los docentes en el uso de regletas Cuisinaire, un excelente ejemplo de material concreto para el aprendizaje de conceptos matemáticos. Foto: Jonathan Drake/T2T-Global
Al finalizar el primer Instituto Docente, comencé mi labor como una de las tres asesoras pedagógicas del programa (conocido como “instructional coaches” en inglés), apoyando a los docentes de Galápagos durante todo el año. Una de nuestras principales actividades es la Observación de Aula. Ingresamos a cada aula en todas las instituciones educativas de las islas, dos o tres veces al año, con la meta de observar al docente mientras presenta una lección. Al concluir cada observación, facilitamos sesiones de retroalimentación donde el docente reflexiona sobre su desempeño y se compromete a realizar acciones concretas para fortalecerlo. Cada encuentro dura aproximadamente tres horas en total.
Los Círculos de Aprendizaje son el siguiente paso del proceso (Figura 4). En estos Círculos, se agrupa a los docentes para que discutan sobre sus necesidades compartidas y refuercen lo aprendido en los Institutos Docentes y las Observaciones de Aula. Al iniciar este proceso, el personal del programa era responsable de la coordinación de los Círculos, pero los docentes han asumido el protagonismo de forma progresiva. Los Círculos se implementan fuera de las horas de clase, con grupos entre 5 y 12 docentes que se reúnen durante dos horas cada 15 días.
EL LIDERAZGO EDUCATIVO
Para lograr y mantener las mejoras significativas en las escuelas, necesitamos a directivos y asesores pedagógicos locales con la visión y destrezas para apoyar el crecimiento profesional continuo de sus colegas. Por ello, en 2018 iniciamos un proceso de preparación en cada escuela para que replique las Observaciones de Aula y los Círculos de Aprendizaje con su propio personal.
Cuarenta docentes—un promedio de dos por escuela—fueron seleccionados para ser formados como asesores pedagógicos locales, en base a las recomendaciones de los directivos y colegas, y a las observaciones del personal del programa. En junio de 2018, estos docentes, junto con un grupo de 30 directivos, asistieron el primero de cuatro talleres enfocados específicamente en el liderazgo educativo. Exploraron diferentes modelos de liderazgo, reflexionaron sobre sus propias prácticas y desarrollaron nuevas herramientas para liderar las mejoras educativas. Todo esto se complementó con Círculos de Aprendizaje especiales, donde trabajamos en la identificación de buenas prácticas de enseñanza y métodos para ofrecer retroalimentación efectiva.
LA EDUCACIÓN PARA LA SOSTENIBILIDAD
Un enfoque transversal del programa es la educación para la sostenibilidad. Además de ser una estrategia efectiva para enseñar cada asignatura, la educación para la sostenibilidad ayuda a los jóvenes a comprender la interconectividad de los problemas sociales, ambientales, políticos y económicos que afectan a sus comunidades y al mundo entero. También los prepara y motiva para actuar sobre sus conocimientos y lograr una diferencia positiva en sus comunidades.
Durante el 2018, el Ministerio de Educación comenzó a trabajar de la mano con nuestro equipo para desarrollar una guía docente que apoye el diseño de clases y unidades que conectan las destrezas con los criterios de desempeño del currículo nacional, el contexto local y temas globales de la sustentabilidad. Ya validados en Galápagos, el Ministerio está explorando la posibilidad de implementar este proceso y los materiales de apoyo en otras partes del país.
EL IMPACTO EN LOS DOCENTES Y LOS ALUMNOS
Nos anima observar los grandes avances de muchos de los participantes del programa. A continuación, comparto un par de ejemplos. Los nombres de estos educadores son ficticios, pero los casos son reales.
Una mañana de noviembre de 2016, visité la clase de Rómulo, profesor de séptimo de básica en Santa Cruz. Cuando lo conocí por primera vez, la impresión que tuve es que Rómulo era una persona tímida, pero con una profunda capacidad de reflexión. En esa ocasión observé una clase de matemáticas sobre masa y volumen donde Rómulo había preparado consignas que los estudiantes descubrieron paso a paso, como si se tratara de una suerte de juego de la búsqueda del tesoro. Rómulo era como líder de un equipo de exploradores deseosos de aprender, buscando pistas dentro y fuera del aula. Durante todo el proceso, los alumnos mostraban una gran sonrisa en el rostro, con un brillo en los ojos y el amor a su entorno natural. Rómulo, al final, me dijo con mucho afecto lo agradecido que está con el programa y lo que está aprendiendo con sus estudiantes. Actualmente es notable en él una gran autoestima.
Como ilustran sus sonrisas, los alumnos de Rómulo empiezan a reconocer que aprender puede ser hermoso. Esto lo observé también durante una clase de María cuando sus niños de séptimo año, trabajando en grupos, escribían en pequeños carteles de papel los alimentos que habían consumido en el almuerzo, para luego clasificarlos según los nutrientes que aportan y obtener porcentajes de consumo de cada grupo de alimentos. A través de preguntas, María los hizo descubrir la mejor forma de alimentarse sin afectar negativamente a su entorno. Los niños pusieron cara de admiración y se comprometieron a contarles a sus padres que “la langosta de Galápagos tiene restricciones de consumo que se deben respetar para mantener la sostenibilidad del recurso”. Algunos niños preguntaron en varias ocasiones a la profesora: “¿Está segura de que estamos en clase de matemáticas?”
Figura 5. Durante el Instituto Docente de octubre de 2018, más de 275 docentes participaron en talleres en el campus de la Unidad Educativa Tomás de Berlanga de la Fundación Scalesia. Foto: Buró Comunicación Integral
REFLEXIONES FINALES
Entre abril de 2016 y finales de diciembre de 2018, el Programa de Educación para la Sostenibilidad en Galápagos organizó seis Institutos Docentes (300 horas en total), 1 500 Observaciones de Aula (4 500 horas en total) y 500 Círculos de Aprendizaje (1 000 horas en total) para docentes de cada centro educativo en Galápagos. Las evaluaciones de satisfacción y actitudes de los docentes demuestran un alto nivel de complacencia y motivación, mejores relaciones entre los profesores y directivos, y un mayor nivel de perseverancia en cuanto a su habilidad de responder a los retos que enfrentan en el camino.
Durante el año lectivo 2019-2020, el cuarto de los cinco años previstos para el programa, los directivos y nuevos asesores pedagógicos locales formados por el programa comenzarán a jugar un papel más protagónico en las mejoras educativas en sus escuelas. También comenzará el análisis de datos recopilados sobre el desempeño de los docentes. Por primera vez vamos a poder medir de forma oficial el impacto de nuestro trabajo.
Mientras tanto puedo compartir las siguientes recomendaciones:
Durante los próximos dos años será importante construir mecanismos para estimular a los educadores locales a continuar con los Institutos Docentes, las Observaciones de Aula, y los Círculos de Aprendizaje luego que concluya nuestra intervención.
Se debe invertir un tiempo significativo para organizar los cientos de planificaciones de talleres y los materiales de apoyo generados, a fin de hacerlos accesibles para el seguimiento y replicación del programa.
Si bien se entiende que el apoyo externo disminuirá cuando finalice el programa, es preciso que los educadores locales mantengan una fuerte relación con los 45 facilitadores externos, cuya mayoría quiere seguir brindando su apoyo a largo plazo.
Al explorar la posibilidad de replicar aspectos del programa en localidades de Ecuador continental, el Ministerio de Educación debe considerar a los directivos y los nuevos asesores pedagógicos de Galápagos como recurso invaluable para el diseño e implementación de actividades futuras.
En diferentes momentos hemos compartido con los docentes citas inspiradoras sobre su profesión, entre ellas las palabras de Brad Henry, exgobernador del estado de Oklahoma: “Un buen maestro puede crear esperanza, encender la imaginación e inspirar el amor por el aprendizaje”. Llegar a ser este tipo de educador requiere un enorme compromiso y dedicación, aspectos que veo en mucho en los educadores galapagueños con quienes trabajamos. La gran calidad y entrega de los docentes de Galápagos me asegura que se aprovecharán al máximo todos los esfuerzos desplegados para lograr contribuir de forma significativa a la protección a largo plazo de estas Islas Encantadas.
AGRADECIMIENTOS
La autora quisiera agradecer a Richard Knab por su revisión de este artículo y a la Sra. Judie Muggia, quien ha financiado la posición de líder del programa desde el comienzo del Programa de Educación para la Sostenibilidad en Galápagos.
REFERENCIAS
UNESCO. 2009. SERCE: Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo: los aprendizajes de los estudiantes de América Latina y el Caribe; reporte técnico. UNESCO Office Santiago and Regional Bureau for Education in Latin America and the Caribbean, Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación. Santiago de Chile. 585 pp.
UNESCO 2016. TERCE: Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo: reporte técnico. UNESCO Office Santiago and Regional Bureau for Education in Latin America and the Caribbean. Santiago de Chile. 420 pp.