Nicolás Moity[1], Juan Carlos Izurieta[2], Eddy Araujo[3], María Casafont[4]
[1]Estación Científica Charles Darwin, Fundación Charles Darwin, [2]Observatorio de Turismo de Galápagos, Ministerio de Turismo, [3]Dirección del Parque Nacional Galápagos, [4]WWF-Ecuador, actualmente Factoría Ambiental
Figura 1. Tortuga verde entre salemas en Daphne Menor. Foto: Nicolas Moity/Fundación Charles Darwin
Galápagos es famoso por sus procesos evolutivos, elevados niveles de conservación, y una de las reservas marinas con mayores posibilidades de avistamiento de vida silvestre. Muchos de los visitantes quieren experimentar, al menos una vez, la sensación de ingravidez del buceo para observar a los pingüinos, atunes, barracudas, lobos marinos, rayas, tortugas, iguanas marinas, y quizás, sobre todo, los famosos tiburones martillo, emblema de su área marina. Los turistas buzos se equipan en el barco, escuchan atentos las recomendaciones de su guía y saltan al agua. Sin embargo, algunos persiguen a las tortugas para sacarse un selfie, otros se acercan demasiado a las tintoreras que descansan durante el día, y muchos no son conscientes de su cuerpo y van dañando los pocos corales que quedaron tras su masiva pérdida durante El Niño de 1982-83 (Glynn et al. 1988).
Cada año alrededor de 18 000 visitantes realizan al menos un tour de buceo durante su estancia en Galápagos. Sin embargo, hasta hace poco, su comportamiento bajo el agua era desconocido y la huella ecológica, invisible para los manejadores.
Como amantes de la vida marina y como visitantes de otras áreas protegidas del mundo, empezamos a hacernos preguntas sobre la inocuidad del buceo en Galápagos. El buceo es una actividad increíble que permite la observación de ese mundo desconocido para la mayoría que es el medio marino, y en el que uno puede desenvolverse como un astronauta por el espacio “sobrevolando” el fondo. Desgraciadamente, también es causa de impactos y pérdida de biodiversidad, como se ha demostrado en estudios en el Mar Rojo (Hannak et al. 2011; Zakai y Chadwick-Furman 2002) y en el Caribe (Lyons et al. 2015; Tratalos y Austin 2001).
Figura 2. Buzo rodeado de gringos en el Arco de Darwin. Foto: Nicolas Moity/Fundación Charles Darwin
¿Cómo podemos asegurar que el turismo de buceo no cause un impacto negativo sobre el medio marino? Como investigadores y personal técnico de instituciones, hemos dado un primer paso para intentar responder a esta y otras preguntas importantes con la creación de DiveStat, un innovador programa de monitoreo del buceo y sus impactos en Galápagos.
OBSERVANDO EL COMPORTAMIENTO DE LOS BUZOS
En la actividad turística en tierra, la visualización de los impactos es mucho más perceptible que bajo el agua, como por ejemplo el pisoteo de plantas endémicas cuando alguien sale del sendero. Su control también es mucho más simple, pues incluso la comunidad ayuda a corregir malos comportamientos como la distancia mínima a los animales o el uso del flash.
El medio marino presenta una dificultad mayor. El tiempo que podemos estar bajo el agua es muy limitado. Nuestra visión también es mucho más reducida, no existen “senderos” y la orientación submarina es muy complicada. Nuestra capacidad para comunicarnos es prácticamente nula y la cantidad de personas que pueden ayudar a controlar la actividad a diario, se ve limitada a los integrantes de las operaciones de buceo.
Figura 3. Buzo tomando fotografías de una iguana marina alimentándose a poca profundidad en Cabo Douglas, Fernandina. Foto: Nicolas Moity/Fundación Charles Darwin
Con la cooperación de los centros de buceo, desde 2012 nos hemos embarcado como turistas anónimos con la finalidad de observar el comportamiento de los turistas buzos bajo el agua. Situados por detrás del grupo de buzos, registramos datos sobre su comportamiento sin que el grupo se dé cuenta de que anotamos información. Tomamos notas de todo lo que hacen: si tocan o cogen algún elemento u organismo; con qué parte de su cuerpo o equipo golpean los corales; si esos golpes tienen un impacto apreciable sobre las especies (por ejemplo, si se desprende un pedazo de coral); si se acercan demasiado a las especies más llamativas, como tortugas o tiburones. Todas las observaciones las anotamos en cartillas que permiten la escritura bajo el agua. Gracias a un sistema de códigos podemos registrar mucha información en poco espacio.
Tras aproximadamente 200 inmersiones de este tipo en los sitios de buceo visitados por las agencias basadas en la isla Santa Cruz, concluimos que ocho de cada diez buzos provocaron algún contacto con el sustrato durante la inmersión. Afortunadamente, los impactos solían ser menores: la mitad de las veces el contacto fue sobre rocas o algas. Sin embargo, un 12% de estos contactos fueron sobre corales, una cifra a tener en cuenta considerando que son poco abundantes, especialmente en las islas centrales.
Figura 4. Monitoreador caracterizando el sitio de buceo de Bajo Gardner, isla Española. Foto: Sofia Green/Fundación Charles Darwin
Las observaciones fueron tan detalladas que sabemos incluso que casi todos los contactos los realizan con las aletas y las manos (Figura 5). Cerca de un 70% se realiza con las aletas, de manera directa o indirecta, con el conocido flapping. El flapping consiste en levantar sedimento con la onda que generamos con las aletas al nadar demasiado cerca del fondo, como el polvo que levanta un carro al pasar a toda velocidad por un camino de tierra. Este sedimento se deposita sobre los organismos filtradores y fotosintetizadores del fondo marino, que no pueden alimentarse mientras sus estructuras queden recubiertas.
Figura 5. ¿Con qué contactan los buzos sobre la vida y sustrato marino? Porcentajes con relación al número de contactos según parte del cuerpo y equipo del buzo. Fuente: Monitoreos submarinos del proyecto DiveStat. Clic para agrandar.
EL TURISTA BUZO: COMPILANDO PERFILES
Al salir del agua, les contamos a los turistas que estamos realizando un estudio para asegurar la sostenibilidad de las operaciones de buceo en la Reserva Marina de Galápagos. Les pedimos que nos ayuden rellenando una encuesta. La encuesta se compone de varias secciones que nos ayudan a levantar un censo de los turistas buzos de Galápagos y a identificar el perfil de los visitantes, su perfil de buceo, sus percepciones sobre la actividad y su propio comportamiento, sus niveles de satisfacción, y aspectos sobre la seguridad de la operación. Bajo el agua, identificamos a cada buzo, lo que nos permite relacionar su comportamiento con su encuesta para tratar de establecer patrones entre su perfil demográfico o sus características de viaje.
Después de realizar 1 200 encuestas conocemos mucho mejor a este segmento del turismo. El 67% del mercado está compuesto por sólo diez países, y la mitad son países del hemisferio norte, encabezados por los Estados Unidos de América (Figura 6).
Figura 6. Principales países de origen de los buzos en tour diario a Galápagos. Ranking mostrado en mapa y porcentaje de mercado en tabla adyacente. Fuente: Encuestas proyecto DiveStat. Clic para agrandar.
La mayoría de los buzos no son muy experimentados. Tienen titulaciones de buceo de bajo nivel con una mediana de 13 inmersiones antes de bucear en Galápagos.
Al preguntar a los turistas si son conscientes de haber causado algún impacto mientras estaban bajo el agua, y observando su comportamiento durante el buceo, aprendimos que el 64% de los contactos son no intencionales y que el 91% de los buzos no son conscientes que están dejando una huella bajo el agua. Sugerimos que estos impactos podrían minimizarse con un buen control del cuerpo y del equipo submarino. Una parte de esta labor se puede conseguir con un buen briefing para que el guía de buceo transmita a sus visitantes, además de indicaciones existentes sobre seguridad, la importancia de ser conscientes de su cuerpo bajo el agua, y los posibles daños que pueden provocar a la fauna y fondo marino.
CIENCIA CIUDADANA
El programa DiveStat también invita a los turistas a participar en el monitoreo de las especies de megafauna que observan durante su día de buceo, incorporando así un componente de ciencia ciudadana. Los programas de ciencia ciudadana son reconocidos como alternativas simples al monitoreo científico convencional de la biodiversidad (Silvertown 2009). Permiten obtener una gran cantidad de datos a un costo muy reducido. Además, involucran a los turistas en la conservación de Galápagos, que es un elemento importante para concienciar a los visitantes.
Hasta ahora, los turistas reportaron aproximadamente 7 000 avistamientos de 15 especies, principalmente tiburones, tortugas, rayas, mantas y lobos marinos. Esta información permite conocer la variabilidad natural de las especies en los sitios de visita y, con el tiempo, reconocer cualquier cambio en su distribución y abundancia. Aún estamos en la fase de crear bases de datos, pero tenemos previsto cruzar la información reportada por turistas con datos más robustos de distribución y abundancia de especies que nos ayuden a determinar patrones.
DIFUNDIENDO RESULTADOS PARA TODOS
Todos los resultados del programa DiveStat se publican periódicamente en el sitio web http://www.observatoriogalapagos.gob.ec/divestat, en visualizadores accesibles a todo el mundo, incluyendo las agencias de buceo y tomadores de decisiones en temas de turismo y conservación en Galápagos. Estos visualizadores son dinámicos, de manera que el usuario puede personalizar la vista de los resultados según sus intereses (Figuras 7 y 8).
Por ejemplo, si queremos ver el perfil de los turistas de Estados Unidos, pinchamos sobre este país y automáticamente aparecen los resultados referentes a EEUU. Así se puede hacer con cualquier campo. Los datos están disponibles por agencia, de manera que cada una (de manera privada) puede observar aquellos referentes a sus clientes.
Figura 7. Captura de pantalla del visualizador en línea de características de viaje de buzos a Galápagos. Fuente: Página web del Observatorio de Turismo de Galápagos https://www.observatoriogalapagos.gob.ec/divestat . Clic para agrandar.
Figura 8. Captura de pantalla del visualizador en línea de avistamientos de especies bandera en sitios de buceo accesibles desde Santa Cruz. Fuente: Página web del Observatorio de Turismo de Galápagos https://www.observatoriogalapagos.gob.ec/divestat . Clic para agrandar.
Los datos de avistamientos se pueden visualizar tanto por especie como por sitio. Esta información la pueden usar las agencias para mostrarles a sus clientes la presencia de especies de interés en sitios con menos fama que otros.
Quizás lo más importante sea que los datos ayudan a la Dirección del Parque Nacional Galápagos y al Ministerio de Turismo a tomar decisiones informadas para el manejo. Por ejemplo, DiveStat ayudó a identificar necesidades de capacitación para los guías buzo, con quienes realizamos talleres de seguridad y de concienciación de la actividad, así como las pautas de buenas prácticas en el buceo. Se incluyeron los aprendizajes y resultados del programa DiveStat en el curso oficial de la formación de Guías Naturalistas y Guías de Aventura de Galápagos.
¿A DÓNDE VAMOS AHORA?
Figura 9. Grupo de rayas doradas en Fernandina. Foto: Nicolas Moity/Fundación Charles Darwin
Este proyecto incorpora un acercamiento tecnológico novedoso; reduce el tiempo entre el levantamiento de datos, su análisis y su publicación; involucra a los operadores turísticos locales; e incluye un componente de ciencia ciudadana, en lo que respecta al avistamiento de macrofauna. La finalidad última es conseguir que la actividad de buceo en Galápagos sea sostenible, responsable, y amigable con el ecosistema marino y los turistas buzos.
Es un proyecto multi-institucional, en el cual han colaborado la Dirección del Parque Nacional Galápagos, la Fundación Charles Darwin, el Ministerio de Turismo, World Wildlife Fund-Ecuador y operadores de turismo. También es un proyecto multi-disciplinario, en el que se monitorean tanto aspectos ecológicos, como el impacto del buceo en la biodiversidad marina; y aspectos sociales referentes a los perfiles turísticos, las percepciones de los turistas buzos y sus niveles de satisfacción. Así intentamos comprender los mecanismos asociados al buceo de manera holística.
Recomendamos seguir levantando información sobre los indicadores del proyecto DiveStat y encontrar mecanismos de sostenibilidad para el proyecto, en particular referentes a financiamiento y observadores para el monitoreo del comportamiento de turistas buzos. En el futuro quisiéramos investigar si pequeños cambios pueden mejorar significativamente el comportamiento de los buzos bajo el agua. Por ejemplo, estamos elaborando un video corto que esperamos que pueda servir de apoyo a los guías para asegurar un mejor briefing a los turistas. Esto ha demostrado ser muy efectivo en otras partes del mundo.
Figura 10. Buzos disfrutando la pared de coral negro en Pinzón sin crear impactos. Foto: Nicolas Moity/Fundación Charles Darwin
Además, pretendemos evaluar los impactos del buceo en la biodiversidad de los sitios de visita a medio y largo plazo. Para ello, esperamos monitorear sitios de buceo con diferentes niveles de visita (alta y baja) y compararlos con sitios similares y cercanos, pero fuera de los recorridos de buceo turístico (sitios control). Los grupos objetivo serán especies sésiles; es decir, asociadas al fondo, como corales, y especies de vertebrados de interés, como tiburones, rayas, tortugas y lobos marinos.
Hemos observado que el buceo puede causar un impacto a la vida marina, por lo que debería ser monitoreado y evaluado. La inclusión de actividades como la capacitación adicional para los guías y una comunicación clara a los buzos sobre el correcto comportamiento bajo el agua puede ayudar a asegurar que el buceo turístico no afecte a la biodiversidad y los ecosistemas de Galápagos.
AGRADECIMIENTOS
Nos gustaría agradecer a la Fundación Charles Darwin, a la Dirección del Parque Nacional Galápagos, al Observatorio de Turismo de Galápagos del Ministerio de Turismo y a WWF-Ecuador por el apoyo institucional brindado para la realización de este estudio. También queremos mostrar nuestro agradecimiento a todos los voluntarios que han colaborado en el proyecto; por orden alfabético: Angie Carrión, Marta Díaz, David Flores, María Virginia Gabela, Carla Huete-Stauffer, César Jiménez, Andrea Lema, Lisa Linduz, Elena Pérez, Sofía Trujillo y Felipe Wittmer. El proyecto DiveStat Galápagos se pudo llevar a cabo gracias a los Fondos para la Biodiversidad Marina de Galápagos 2015 cedidos por EcoVentura y gestionados por WWF-Ecuador. Esta publicación es la contribución número 2236 de la Fundación Charles Darwin para las islas Galápagos.
REFERENCIAS
Glynn PW, Cortés-Núñez J, Guzmán-Espinal HM & RH Richmond. 1988. El Niño (1982-83) associated coral mortality and relationship to sea surface temperature deviations in the tropical eastern Pacific. En Proceedings of the 6th International Coral Reef Symposium, Australia. pp. 237–243.
Hannak JS, Kompatscher S, Stachowitsch M & J Herler. 2011. Snorkelling and trampling in shallow-water fringing reefs: Risk assessment and proposed management strategy. J. Environ. Manage. 92: 2723–2733. doi:10.1016/j.jenvman.2011.06.012.
Lyons PJ, Arboleda E, Benkwitt CE, Davis B, Gleason M, Howe C, et al. 2015. The effect of recreational SCUBA divers on the structural complexity and benthic assemblage of a Caribbean coral reef. Biodivers. Conserv. 24: 3491–3504.
Silvertown J. 2009. A new dawn for citizen science. Trends Ecol. Evol. 24: 467–471.
Tratalos JA & TJ Austin. 2001. Impacts of recreational SCUBA diving on coral communities of the Caribbean island of Grand Cayman. Biol. Conserv. 102: 67–75. doi:10.1016/S0006-3207(01)00085-4.
Zakai D & NE Chadwick-Furman. 2002. Impacts of intensive recreational diving on reef corals at Eilat, northern Red Sea. Biol. Conserv. 105: 179–187. doi:10.1016/S0006-3207(01)00181-1.